Choque de escalope en el Mar Báltico: ¡el ministro critica los precios, los propietarios contraatacan!

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El Ministro de Turismo, Wolfgang Blank, critica los altos precios del escalope en el Mar Báltico. La gastronomía debate los desafíos económicos.

Tourismusminister Wolfgang Blank kritisiert hohe Schnitzelpreise an der Ostsee. Gastronomie diskutiert wirtschaftliche Herausforderungen.
El Ministro de Turismo, Wolfgang Blank, critica los altos precios del escalope en el Mar Báltico. La gastronomía debate los desafíos económicos.

Choque de escalope en el Mar Báltico: ¡el ministro critica los precios, los propietarios contraatacan!

El debate sobre los altos precios del escalope en el Mar Báltico está causando mucho revuelo. El Ministro de Turismo de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, Wolfgang Blank, criticó duramente los precios en el sector de la restauración. Según él, un escalope en cualquier ciudad del Báltico como Binz cuesta unos impresionantes 24,50 euros, mientras que Heringsdorf cuesta 24,10 euros y Kühlungsborn cuesta 24,20 euros. Blank calificó estos precios de excesivos y temió que pudieran llevar a turistas potenciales a otras regiones. Al fin y al cabo, en Japón se puede comer comida deliciosa por unos 8 o 9 euros, según su comparación.

Hay un gran descontento con las palabras de Blank. Los restauradores y representantes de la economía regional se defienden con vehemencia de estas acusaciones. El chef Jürgen Mosthaf, de Baden-Württemberg, calificó las críticas de indignantes y señaló que el sector de la restauración se encuentra en condiciones difíciles. El elevado IVA, las cotizaciones a la seguridad social y el salario mínimo empeoran considerablemente la situación de los posaderos. Además, el sector sigue viéndose afectado por los efectos de la pandemia del coronavirus, que según las estadísticas actuales ha reducido las ventas del sector hotelero en el este de Alemania en un 2,7 por ciento.

Un llamado al diálogo

Robert Dahl, un restaurantero de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, reaccionó con enojo a las críticas de Blank y calificó de inapropiada la estigmatización de los restaurantes de la región. Se queja de que el gobierno está dificultando cada vez más las condiciones económicas. Su propio escalope con guarniciones está disponible por el módico precio de 13 euros. Dahl rápidamente invitó al ministro a conversar sobre el aumento de los gastos en el sector de la restauración, para poder intercambiar honestamente sobre la situación del sector.

Las reacciones a las declaraciones de Blank demuestran que otros restauradores, como el restaurante de Rostock, también están dispuestos a entablar un diálogo. Dahl calificó esta apertura como “realmente genial”. El objetivo del intercambio debería ser arrojar luz sobre los desafíos que enfrentan los restauradores del Mar Báltico y tal vez encontrar nuevas soluciones.

Factores de precio

El sector de la restauración es una parte importante de la economía alemana y alcanzó una facturación récord de 115.200 millones de euros en 2023. La mayor parte de los ingresos proviene de la gastronomía basada en alimentos, que es muy popular en Alemania. Hay alrededor de 63.400 restaurantes e innumerables parques, cafeterías y bares, todo lo cual contribuye a la diversidad de la gastronomía.

Sin embargo, los desafíos para la industria son enormes. En 2024, el beneficio por restaurante promedió un mínimo histórico del 8,4 por ciento. Las disputas sobre costos, como el aumento del salario mínimo y el aumento de los costos de la energía, están dando lugar a discusiones constantes sobre los precios.

El sector de la restauración ha cambiado significativamente en los últimos años. Cada vez más consumidores dan importancia a la sostenibilidad y esperan que las empresas se comprometan más con la protección del medio ambiente y de los animales. La adaptación digital, por ejemplo mediante el pago sin contacto, se ha vuelto indispensable para muchos establecimientos de restauración.

El debate sobre los precios del escalope en el Mar Báltico es más que una cuestión local; refleja la realidad de todo un sector que lucha continuamente por sobrevivir. Queda por ver cómo evoluciona la situación. Sin embargo, una cosa es segura: los restauradores del Mar Báltico están preparados para afrontar los retos.