Nuevos contenedores de ropa vieja en Hamburgo: ¡No más residuos textiles!

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El departamento de limpieza de la ciudad de Hamburgo está implementando nuevos contenedores para ropa usada para reducir los residuos textiles y promover el reciclaje.

Die Stadtreinigung Hamburg implementiert neue Altkleider-Container, um Textilmüll zu reduzieren und Recycling zu fördern.
El departamento de limpieza de la ciudad de Hamburgo está implementando nuevos contenedores para ropa usada para reducir los residuos textiles y promover el reciclaje.

Nuevos contenedores de ropa vieja en Hamburgo: ¡No más residuos textiles!

Hoy en Hamburgo se está dando un paso hacia una cultura textil sostenible: el servicio de limpieza de la ciudad ha instalado nuevos contenedores de ropa vieja para mejorar la eliminación de la ropa rota. Actualmente hay más de 20 contenedores depósito en la ciudad, y habrá hasta 30 en total. Inicialmente está previsto que el proyecto dure dos años con el objetivo de reducir la cantidad de textiles en los residuos domésticos. Esta iniciativa está dirigida principalmente a los ciudadanos, ya que en los nuevos contenedores también se pueden colocar prendas dañadas, como vaqueros con agujeros. Sin embargo, las piezas muy sucias deben llevarse directamente al centro de reciclaje.

Cada semana, dos o tres toneladas de ropa inservible terminan en manos de la Cruz Roja Alemana, que se encarga de su eliminación en Hamburgo. Los textiles recolectados llegan luego a un reciclador de textiles que los clasifica. Las piezas utilizables se reutilizan, por ejemplo como trapos de limpieza, mientras que los textiles inservibles se queman. Este proceso es un paso importante para reducir la enorme cantidad de residuos textiles que se generan anualmente.

La dimensión global de la moda rápida

Mientras que en Hamburgo se garantiza una mayor sostenibilidad, Greenpeace pide precaución al tratar con residuos textiles. Viola Wohlgemuth, experta en conservación de recursos de Greenpeace, ha señalado con urgencia los efectos catastróficos de la moda rápida. La situación es particularmente problemática en África Oriental, donde llega ropa vieja desde Europa. En ciudades como Arusha, hasta el 40 por ciento de las prendas entregadas están rotas, lo que plantea grandes desafíos para la población local. La sobreproducción de textiles no sólo genera desperdicios, sino que también daña significativamente el medio ambiente, como se puede ver en Nairobi: el río Nairobi, que alguna vez fue una fuente de agua potable, ahora está muy contaminado y no es inmune a los olores.

Por lo tanto, Greenpeace pide una prohibición legal de las exportaciones de residuos textiles y un impuesto textil global para hacer que la producción sea más sostenible. Al fin y al cabo, se trata de garantizar que los nuevos textiles sean duraderos, no tóxicos y reciclables. También debería prestarse atención a los bienes de segunda mano para proteger los recursos y evitar el desperdicio. Para 2030, el 10 por ciento de los centros urbanos alemanes deberían estar disponibles para formas alternativas de consumo, como propaga Greenpeace.

La política de la UE y la responsabilidad de los fabricantes

En el ámbito europeo también están sucediendo muchas cosas con respecto a los residuos textiles. El Parlamento Europeo ha introducido medidas para reducir las sustancias químicas peligrosas en los textiles y apoyar opciones de consumo sostenibles. Se pide a los fabricantes que asuman la responsabilidad de sus productos, incluso si se convierten en residuos. En marzo de 2024 se presentarán nuevas propuestas para revisar la Directiva sobre residuos con el fin de utilizar de forma más eficiente los textiles recogidos.

En esta iniciativa, los parlamentarios presionan para que los textiles se recojan por separado antes del 1 de enero de 2025, con el objetivo de reducir drásticamente la cantidad de residuos textiles. Un aspecto que es particularmente importante aquí es el establecimiento de sistemas de responsabilidad ampliada del productor. En el futuro, los fabricantes de textiles, calzado y accesorios tendrán que hacerse cargo de los costes de recogida, clasificación y reciclaje, un verdadero cambio de paradigma que podría tener un impacto duradero en la industria.

En general, está claro que tanto en Hamburgo como a nivel europeo se están dando pasos importantes para contrarrestar la crisis de los residuos textiles. Un futuro sostenible en el sector textil sólo es posible si los consumidores, las organizaciones y la industria trabajan de la mano.

Puede encontrar más información sobre estos temas en NDR, paz verde y Parlamento Europeo.