Reencuentro emotivo: el centro de emigración reúne a las familias en Bremerhaven

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Frank Horstmann visita el centro de emigración de Bremerhaven para investigar su historia familiar y establecer contactos.

Frank Horstmann besucht das Auswandererhaus in Bremerhaven, um seine Familiengeschichte zu erforschen und Kontakte zu knüpfen.
Frank Horstmann visita el centro de emigración de Bremerhaven para investigar su historia familiar y establecer contactos.

Reencuentro emotivo: el centro de emigración reúne a las familias en Bremerhaven

Una cálida visita a centro de emigración alemana en Bremerhaven garantiza un emotivo reencuentro. Frank Horstmann, de 61 años, siguió los pasos de su tío tatarabuelo Wilhelm, que emigró de Bremen a Nueva York el 5 de septiembre de 1926. Con sus amigos revisan las listas de pasajeros de la casa y esperan saber más sobre la trágica historia de su familia.

Wilhelm, como muchos de sus contemporáneos, emigró después de la Primera Guerra Mundial en busca de mejores oportunidades laborales. Pagado por su hermano, cruzó el Atlántico en tercer grado. Sin embargo, no hubo puntos de contacto sustanciales con su nueva vida: Wilhelm nunca habló alemán con sus hijos porque estaba avergonzado de sus raíces alemanas. Esta tragedia familiar hizo que el contacto entre las familias se rompiera con el paso de los años y no pudo restablecerse hasta que Frank y sus familiares redescubrieron sus raíces.

La historia de la casa del emigrante.

El centro de emigración alemana Bremerhaven no es sólo un lugar de recuerdo, sino también una parte viva de la historia de la migración. Inaugurado el 8 de agosto de 2005, es el primer museo de Alemania que se ocupa intensivamente del tema de la migración. Bremerhaven fue el mayor puerto de emigración de la Europa continental entre 1830 y 1874 y atrae cada año a unos 180.000 visitantes.

La exposición permanente ofrece un apasionante recorrido por la historia de la emigración europea al extranjero y la inmigración a Alemania. Desde la historia cotidiana hasta las biografías de más de 3.000 familias, aquí se puede experimentar mucho. Los visitantes pueden utilizar un billete RFID, el BoardingPass, para navegar por la exposición y activar estaciones de audio y multimedia que proporcionan información valiosa.

Lazos familiares redescubiertos

Después de años de estancamiento, Frank Horstmann está en contacto con los descendientes de su tío tatarabuelo desde 2016. Las familias retomaron el hilo de su historia principalmente a través de las redes sociales, especialmente Facebook. Las visitas periódicas permiten superar la brecha emocional que ha unido décadas y continentes. La visita a la casa de los emigrantes no sólo confrontó a Frank y su círculo de amigos con la dimensión histórica de su ascendencia, sino también con la oportunidad de restablecer conexiones perdidas.

“Agradezco al centro de emigración que se haya restablecido el contacto”, dice conmovido Frank Horstmann. Está claro que para él y su familia el museo no es sólo un lugar de recuerdos, sino también de esperanza y nuevas relaciones.