Carsten Maschmeyer: Mi lucha contra la adicción a las pastillas y la oscuridad
Descubra cómo el empresario Carsten Maschmeyer superó sus luchas contra la adicción y sus desafíos personales y se comprometió con la salud.

Carsten Maschmeyer: Mi lucha contra la adicción a las pastillas y la oscuridad
Carsten Maschmeyer, un conocido empresario e inversor con un valor de miles de millones, ha lidiado con un lado oscuro de su vida a lo largo de los años: sus años de adicción a las pastillas para dormir. En una conversación sincera en el Sofá Rojo, como informa [ndr.de](https://www.ndr.de/ Fernsehenen/senderen/das_rote_sofa/unternehmen-und-investor-carsten-maschmeyer,sender-31520.html), Maschmeyer describe su lucha contra esta adicción, que lo llevó al borde de la autodestrucción.
“Apenas respondía y ya no podía caminar correctamente”, así describe los dramáticos efectos de su adicción a los medicamentos. Todo comenzó con la primera vez que tomó una pastilla para dormir después del desayuno, que poco a poco fue aumentando hasta 50 al día. Esta dosis cada vez mayor no fue una feliz coincidencia, sino el resultado de su excesiva ambición. Sólo se sentía valioso cuando era bueno y trabajador, y esta actitud acabó llevándole a un profundo abismo.
El camino hacia la recuperación
La adicción duró años y las consecuencias fueron devastadoras. Maschmeyer experimentó un deterioro físico y psicológico y tuvo que alternar entre la cama y la cocina. Un agotamiento que comenzó con trastornos del sueño fue el detonante decisivo de su peor recaída. “Tenía la impresión de que las pastillas para dormir eran la solución a mis problemas”, explica. Pero pronto quedó claro que este medicamento sólo aumentaba nuestra adicción.
Después de una conversación urgente con un médico que le advirtió de daños cerebrales irreparables y de una posible muerte a causa de las pastillas, Maschmeyer tomó una decisión decisiva: él mismo se hizo internar en una clínica psiquiátrica. Allí inició su abstinencia física y abordó las causas psicológicas de su adicción. “La soledad y el sentimiento de no ser amado son miedos que me acompañan desde mi infancia”, reflexiona el empresario sobre su pasado. Puede recordar esta pelea hoy: ha estado limpio desde el 4 de julio de 2010.
Una nueva comprensión de la vida
El apoyo de su esposa, la actriz Verónica Ferres, jugó un papel crucial en su proceso de curación. Maschmeyer aprecia su influencia y le gusta describir cómo ella le ayudó a emprender este difícil camino. En su negocio actual concede gran importancia a que sus fundadores y empleados también se tengan en cuenta a sí mismos. "La verdadera productividad cuenta más que el tiempo de trabajo", critica el llamamiento general a favor de más horas de trabajo, que considera un retroceso.
Maschmeyer ve una evolución positiva en la actual Generación Z: quieren implicarse en sus propios términos y pensar de forma diferente. Ha elegido un camino diferente para criar a sus hijos, libre de castigos y violencia, y está feliz por su desarrollo. Su viaje personal y las lecciones que aprendió de él no sólo son un testimonio de su resiliencia, sino también un llamado a otros a enfrentar sus propios miedos y desafíos.
La historia de Maschmeyer es más que la de un empresario exitoso; es también el de un hombre que regresó de una profunda oscuridad a una vida de luz. Demuestra que nunca es tarde para aceptar ayuda y reinventarse. En un mundo a menudo caracterizado por un ritmo frenético y estrés, le anima a prestar atención a su propia salud y a cuidarse en su entorno profesional.