Placa de bronce redescubierta en el Museo de Lüneburg: ¡un pedazo de historia!

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Una placa de bronce recién descubierta en el Museo de Lüneburg recuerda la rendición parcial de la Wehrmacht en 1945 y cuenta su historia.

Eine neu entdeckte Bronzetafel im Museum Lüneburg erinnert an die Teilkapitulation der Wehrmacht 1945 und erzählt ihre Geschichte.
Una placa de bronce recién descubierta en el Museo de Lüneburg recuerda la rendición parcial de la Wehrmacht en 1945 y cuenta su historia.

Placa de bronce redescubierta en el Museo de Lüneburg: ¡un pedazo de historia!

En el Museo de Lüneburg se exhibe actualmente una notable placa de bronce que recuerda un acontecimiento esencial de la historia alemana. Se trata de una placa de 136 x 68 cm y 60 kg que marca la rendición parcial de la Wehrmacht alemana el 4 de mayo de 1945 en Timeloberg, cerca de Wendisch Evern. Esta placa no es sólo un pedazo de historia, sino un símbolo del fin de los combates en el noroeste de Alemania, Dinamarca y Países Bajos, cuatro días antes de la rendición total en Reims y Berlín-Karlshorst. Eso es lo que ella informa. taz sobre el significado de esta placa conmemorativa.

La placa fue erigida por los ocupantes británicos en 1945 y proclama en inglés la victoria de los aliados y la rendición incondicional de las tropas alemanas. Originalmente formaba parte del llamado "Monumento a la Colina de la Victoria" en Timeloberg. Sin embargo, los acontecimientos que rodean a la tablilla son turbulentos: en 1955 desapareció en circunstancias misteriosas, lo que dio lugar a numerosas especulaciones sobre su paradero. Las sospechas incluían al equipo juvenil de gimnasia de Uelzen, que supuestamente enterró la tableta en un bosque. Eberhard Manzke, el fundador de la “Fundación para la Paz Günter Manzke”, y el historiador aficionado de Luneburgo Hans-Joachim Boldt lucharon durante años por el redescubrimiento de la tablilla, ya que ndr describe.

La búsqueda del tablero.

Los años posteriores al robo estuvieron marcados por rumores secretos sobre el paradero de la tableta. Alguna vez se pensó que estaba enterrado en un bosque, luego se dijo que podría haber sido usado como cubierta para un pozo negro o cambiado por piezas de automóviles. La historia de la tableta dio un giro espectacular cuando finalmente fue encontrada nuevamente en 2022. Gracias al uso de detectores de metales y a los consejos creativos de los residentes locales, finalmente se recuperó la placa. La entrega, que tuvo lugar de forma anónima en el aparcamiento de un supermercado, cerró un capítulo que había durado casi siete décadas.

El 17 de mayo de 2023, la placa fue entregada ceremoniosamente como parte de una ceremonia de premiación por parte de la Fundación para la Paz. Forma parte de la exposición especial “Surrender 45”, que podrá verse hasta noviembre en el Museo de Lüneburg y que destaca las conversaciones de rendición. El director del museo, Heikeüsselder, destaca que la visibilidad del consejo es especialmente importante en colaboración con socios británicos. Al final, las Fuerzas Armadas británicas decidieron dejar la placa a la ciudad de Lüneburg, y el Museo Imperial de la Guerra planea conservar la placa en el futuro en Lüneburg como parte de la exposición permanente.

Perspectiva histórica

La rendición parcial del 4 de mayo de 1945 fue un punto crucial en la fase final de la Segunda Guerra Mundial. Durante este tiempo, el régimen nazi movilizó todas las fuerzas disponibles para combatir la derrota inminente. La Wehrmacht alemana estaba en una retirada dramática, luchando contra el poder abrumador de los aliados, que avanzaban cada vez más hacia el corazón de Alemania. El 30 de abril de 1945, Adolf Hitler y Eva Braun se suicidaron, seguido de la rendición de Berlín el 2 de mayo. La rendición final incondicional de Alemania fue declarada entonces el 7 de mayo de 1945. Sin embargo, Japón continuó la guerra hasta que finalmente tuvo que rendirse el 15 de agosto de 1945, lo que marcó el final de la Segunda Guerra Mundial, ya que bpb tematizado.

El redescubrimiento de la placa de bronce de Timeloberg no sólo recupera un pedazo del pasado, sino que también mantiene activo el recuerdo de los horrores y las lecciones de la guerra. La placa representa, por tanto, la reapropiación de la historia y la importancia de conmemorar los capítulos oscuros de la humanidad.