Indultar a los narcotraficantes en Nigeria: ¿una vergüenza nacional?
Nigeria es objeto de críticas internacionales tras el controvertido indulto de 175 delincuentes, entre ellos narcotraficantes y condenados por asesinato.

Indultar a los narcotraficantes en Nigeria: ¿una vergüenza nacional?
En Nigeria, una decisión controvertida del presidente Bola Tinubu está provocando críticas masivas. Indultó a 175 delincuentes condenados, entre ellos 52 narcotraficantes. Esta acción ha causado revuelo tanto a nivel nacional como internacional y muchos la describen como una “desgracia nacional”. La oposición y, en particular, la sociedad civil lanzan duras acusaciones contra el gobierno, mientras que muchos miembros del gobierno también tienen preocupaciones. Entre los indultados no sólo se encuentran narcotraficantes, sino también algunas personas condenadas por delitos graves como asesinato, fraude y secuestro, incluida la más famosa de ellas, Maryam Sanda, que fue condenada a muerte por asesinato antes de que le conmutaran la pena.
Alrededor de un tercio de los indultados eran narcotraficantes, muchos de los cuales sólo habían cumplido dos años de su cadena perpetua original. Esto llega en un momento en que Nigeria está lidiando con una grave crisis de drogas, que en cifras tiene una tasa de consumo del 14,4%, casi tres veces el promedio mundial del 5,5%. El ex vicepresidente Atiku Abubakar describió la decisión como “impactante e indefendible”, mientras que la Agencia Nacional de Control de Drogas (NDLEA) ha estado luchando contra los cárteles de la droga durante años y ve el indulto como una devaluación de sus esfuerzos.
Preocupaciones internacionales y desafíos locales
Los socios internacionales expresan su preocupación de que Nigeria pueda ser percibida como una jurisdicción indulgente con los narcotraficantes. Esto no sólo podría socavar la confianza en el poder judicial nigeriano, sino también desafiar los esfuerzos de la NDLEA. Josef Onoh, asesor del presidente, también ha pedido que se revoquen los indultos. Hasta el momento no ha habido respuesta del presidente Tinubu ya que las controversias se producen en un contexto de creciente inseguridad, bandidaje y terrorismo en Nigeria.
La crisis de las drogas en Nigeria tiene raíces más profundas y está provocando un aumento de la violencia. El arzobispo Lucius Iwejuru Ugorji destaca que el abuso de drogas es una de las principales causas de perturbación social. A pesar de leyes más estrictas, no es posible mejorar la situación; El consumo de drogas entre los jóvenes es alarmante. Un informe de la ONUDD de 2018 muestra que uno de cada siete nigerianos de entre 15 y 64 años consume drogas. La situación es particularmente mala en los centros urbanos, donde las pandillas y los cárteles de la droga utilizan la intimidación y la violencia para asegurar su posición en el mercado.
Una mirada al futuro
El actual problema de las drogas conduce al declive social y es un desencadenante de nuevos delitos como el robo y la prostitución. El discurso público sobre los delitos relacionados con las drogas y cómo combatirlos se caracteriza por diferentes puntos de vista: mientras que algunos consideran necesario endurecer las leyes, como la introducción de la pena de muerte para los narcotraficantes, los activistas de derechos humanos critican estos enfoques por considerarlos excesivos e inhumanos. Actualmente, la legislación ya prevé penas de cadena perpetua para delitos graves relacionados con las drogas.
El arzobispo Ugorji pide un replanteamiento y una contribución activa de la comunidad para contrarrestar la decadencia moral en Nigeria. Queda por ver cómo responde el gobierno a las críticas actuales y si se tomarán medidas para abordar esta candente crisis social.
En este ambiente tenso, hay esperanzas de un cambio real en la política de drogas y la situación de seguridad de Nigeria, aunque los desafíos son enormes y requieren una transformación integral.
La situación sigue siendo tensa y está claro que las próximas decisiones del presidente son de gran importancia para combatir la crisis de las drogas. La sociedad nigeriana se enfrenta a un futuro incierto pero esperanzador a medida que emerge de la crisis.