Ratas a la caza de murciélagos: ¡una lucha inesperada por la supervivencia!
Los biólogos documentan ataques de ratas a murciélagos en Lüneburg: un nuevo peligro para las especies en peligro de extinción y posibles riesgos para la salud.

Ratas a la caza de murciélagos: ¡una lucha inesperada por la supervivencia!
Los biólogos observaron un espectáculo inusual en la cueva Segeberg Kalkberg. Utilizando lámparas infrarrojas y barreras luminosas junto con cámaras, se documentaron más de 30 ataques de ratas marrones a murciélagos durante cinco semanas. En 13 de estos casos, los ataques fueron fatales para los pequeños mamíferos voladores, que no sólo fueron asesinados por las ratas sino que también se los llevaron y se los comieron. scinexx informó. No es la primera vez que se observan incidentes de este tipo, ya que en Kalkberg, en Luneburgo, también se encontraron cadáveres de murciélagos comidos.
La rata parda (Rattus norvegicus), originaria del este de Asia, se ha extendido por todo el mundo con la ayuda del hombre y actualmente se puede encontrar en casi todos los continentes, a excepción de la Antártida. Este roedor se ha establecido particularmente en los asentamientos humanos y se sabe que se alimenta tanto de alimentos vegetales como animales. Una habilidad especial de las ratas marrones es el uso de bigotes como sensores de vibración para detectar murciélagos incluso en la oscuridad, lo que constituye una extraordinaria estrategia de caza.
Las estrategias de caza de las ratas pardas.
Las ratas marrones utilizan dos estrategias principales para capturar a sus presas: esperan pacientemente en la entrada de los refugios invernales de los murciélagos o atacan rápidamente tan pronto como los murciélagos descansan o aterrizan. Los biólogos estiman que estas poblaciones de ratas en Segeberg matan a miles de murciélagos cada invierno, lo que no sólo es una preocupación para las poblaciones de murciélagos sino que también representa un riesgo potencial para la salud de los humanos. Estos animales son vectores de virus y existe la posibilidad de que las ratas contraigan patógenos de los murciélagos muertos y los transporten a entornos urbanos.
Aunque actualmente no hay evidencia de un riesgo agudo para la salud, se considera urgente controlar las poblaciones de ratas en las ciudades y cerca de los refugios de los murciélagos. Un enfoque específico no sólo podría proteger a las poblaciones de murciélagos en peligro de extinción, sino también minimizar los riesgos potenciales para la salud humana. Según estimaciones, una pequeña colonia de sólo 15 ratas pardas podría cazar al 7% de los aproximadamente 30.000 murciélagos que hibernan en la región, lo que ilustra aún más la magnitud del problema.
Una mirada a la rata marrón.
La rata marrón se caracteriza por su color de pelaje variable, que va desde el marrón grisáceo sucio hasta el marrón oscuro oscuro. Tiene una longitud de cabeza y cuerpo de 18 a 26 cm con una cola igualmente larga y pesa entre 170 y 350 gramos. Se reproduce durante todo el año y los animales sexualmente maduros dan a luz entre una y 15 crías. En su hábitat natural habitan bosques y zonas arbustivas, mientras que en entornos urbanos suelen encontrarse en alcantarillas, vertederos o incluso sótanos.
Esto demuestra de manera impresionante por qué la protección de los murciélagos y el control de la población de ratas pardas son de gran importancia para un ecosistema saludable. Si se continúa monitoreando la situación y se toman las medidas adecuadas, se puede lograr un equilibrio entre las especies, beneficiando tanto a los murciélagos como a las personas de la zona.