Ministro de Justicia pide una reforma radical: ¡Nuevo código penal a la vista!
El 30 de junio de 2025, el Ministro de Justicia Darmanin anunció reformas de gran alcance al código penal francés para racionalizar los castigos.

Ministro de Justicia pide una reforma radical: ¡Nuevo código penal a la vista!
El lunes 30 de junio de 2025, Gérald Darmanin, ministro de Justicia, anunció en RTL que Francia planea cambios fundamentales en el código penal en los próximos meses. Esto se hace como parte de un esfuerzo integral para revisar las normas existentes y simplificar los procedimientos penales. Según RTL, el nuevo reglamento se debatirá en el parlamento a partir de septiembre.
Darmanin explicó que un objetivo central de las reformas es la abolición de las penas suspendidas, también conocidas como *sursis*. Esto significaría que si una persona es condenada a hasta un mes de prisión, la pena de prisión debe efectivamente cumplirse. Además, debería suprimirse el aplazamiento obligatorio de la pena para las condenas inferiores a un año de prisión. Estas medidas pretenden reducir el número actual de 235 sanciones diferentes y establecer una comparación con Alemania, donde sólo existen cuatro sanciones.
Una nueva escala de castigo
Con la introducción de una nueva escala de castigos, que se limitará a entre 3 y 5 castigos, el ministro quiere crear un sistema más simple y claro. Esta reforma cuenta con el apoyo no sólo de Darmanin, sino también del Primer Ministro francés.
Los cambios radicales no son nuevos; Siguen la legislación del 23 de marzo de 2019, que también tenía como objetivo reformar el sistema penal en Francia. Así, en aquel momento, bajo el liderazgo de Audrey Farrugia, alta funcionaria del Ministerio de Justicia, se estableció el principio de que las penas de prisión no debían ser la única referencia para el castigo. Al mismo tiempo, se intentó hacer que las penas fueran más comprensibles para los condenados y las víctimas, como informa Justice.gouv.fr.
Castigos alternativos y opciones de reintegración
Las nuevas penas también incluyen la introducción del arresto domiciliario bajo vigilancia electrónica, por períodos que oscilan entre 15 días y 6 meses. Además, se debe fomentar el servicio comunitario como castigo y se deben diversificar las condiciones para tales medidas. Una distinción clara entre penas de prisión de 1 a 6 meses y penas de más de un año debería permitir a los jueces responder con mayor flexibilidad a las circunstancias de los casos individuales y mejorar las posibilidades de reintegración de los condenados.
Un aspecto importante de la reforma es también la abolición de la *contrainte penale*, que no ha tenido el éxito deseado desde su introducción en 2014. En cambio, se dará a los jueces más margen de maniobra para tomar medidas que promuevan el apoyo social a los condenados. El objetivo es reducir la tasa de reincidencia aumentando las oportunidades de rehabilitación.
En general, se puede decir que Francia se enfrenta a un claro cambio de rumbo en el derecho penal, que podría influir no sólo en el poder judicial, sino también en la sociedad en su conjunto. Queda por ver si este cambio tendrá éxito y realmente generará un cambio positivo.
Abordar la reforma estratégicamente es crucial, especialmente teniendo en cuenta los desafíos que enfrenta Francia. Las medidas anunciadas por Darmanin prometen tanto una clarificación del sistema judicial como mejores condiciones para la rehabilitación de los delincuentes. Un paso audaz que podría revitalizar el debate sobre el papel del castigo y la rehabilitación en la sociedad moderna.