Expedición en el Atlántico: ¡Iniciada la búsqueda de 200.000 barriles de residuos nucleares!
Investigadores europeos buscarán 200.000 barriles de desechos nucleares enterrados en el Atlántico nororiental en 2025 y su impacto en el ecosistema.

Expedición en el Atlántico: ¡Iniciada la búsqueda de 200.000 barriles de residuos nucleares!
La búsqueda de desechos radiactivos en el Atlántico nororiental ha comenzado, lo que plantea no sólo preguntas científicas sino también temores sobre las consecuencias a largo plazo de esta contaminación ambiental que dura décadas. Entre los años 1950 y 1980, varios países vertieron más de 200.000 barriles de desechos nucleares en las vastas profundidades del Atlántico. Estos son algunos de los datos aterradores que están saliendo a la luz como parte del nuevo proyecto NODSSUM.
La expedición, centrada en una zona a más de 1.000 kilómetros al oeste de La Rochelle, tiene como objetivo cartografiar la principal zona de vertido de barriles y estudiar el comportamiento de los radionucleidos en las profundidades del océano. El líder del proyecto, Patrick Chardon, estima que la mayoría de los desechos pierden su radiactividad después de unos 300 a 400 años. Sólo alrededor del dos por ciento de los residuos podrían irradiar durante más tiempo, aunque los barriles no están diseñados para contener la peligrosa radiación a largo plazo. ¿Lo malo de esto? Las consecuencias de la eliminación de residuos nucleares se desconocen en gran medida y el ecosistema de la región ha sido poco investigado. estrella informó.
La tecnología en uso
Para descubrir los barriles se utiliza el robot buceador Ulyx. Con una profundidad de buceo de hasta 6.000 metros y la capacidad de acercarse a 10 metros de los barriles, Ulyx realizará las primeras inmersiones científicas. Durante la misión de un mes de duración, el equipo combinará varias tecnologías, incluidos sistemas de corying para muestras de sedimentos y un muestreador de roseta para muestras de agua. Los datos recopilados no sólo servirán para mapear los vertederos, sino también para estudiar el impacto de los desechos radiactivos en la vida marina mediante la instalación de trampas para peces y crustáceos, dijeron. CNRS.
Otra preocupación es el cumplimiento de las medidas de radioprotección durante toda la expedición. Se proporcionan instrumentos para medir la radiactividad para realizar evaluaciones iniciales. Las muestras recolectadas llegarán luego a varios laboratorios de Europa, donde serán analizadas más a fondo. Esta misión ayuda a comprender mejor el impacto del legado nuclear en nuestros océanos e informa futuros proyectos de investigación.
El estado del medio marino
Los esfuerzos de investigación actuales se encuentran en el contexto del problema global de la contaminación radiactiva en los océanos. Desde los años 60 se examina el agua de mar, las materias en suspensión y los sedimentos de los mares del Norte y Báltico para detectar radiactividad artificial. La Agencia Federal Marítima e Hidrográfica se ha hecho cargo del seguimiento, ya que los vertidos de las plantas de reprocesamiento europeas se han reducido significativamente. Alto BSH Las concentraciones de actividad de radionucleidos artificiales en aguas alemanas son actualmente bajas, lo que representa un progreso.
Sin embargo, un panorama sombrío emerge en el Mar Báltico, donde se han documentado mayores actividades específicas del Cs-137, un radionucleido de larga vida. Aunque los riesgos para la salud de los consumidores de pescado o productos del mar son bajos, queda la pregunta de cómo afectarán estas presiones a nuestros ecosistemas a largo plazo.
En resumen, nos enfrentamos a un desafío científico notable que afecta tanto al pasado como al futuro de nuestro medio marino. Los resultados de la misión NODSSUM serán de suma importancia para comprender qué recuerdos y fantasmas de radiación de la era atómica emergerán aún de las profundidades del Atlántico.