Conmoción en Hamburgo: ¡El Tigre Blanco” torturó a niños y está en la cárcel!
Shahriar J., de 20 años, fue arrestado en Hamburgo por delito cibernético. Está incriminado por 123 delitos, entre ellos asesinato y abuso sexual.

Conmoción en Hamburgo: ¡El Tigre Blanco” torturó a niños y está en la cárcel!
Hace unos días apareció en los titulares de los periódicos en Hamburgo un caso alarmante y escandaloso. Shahriar J., de 20 años, se encuentra en el centro penitenciario de Hahnöfersand y se enfrenta a graves acusaciones. Se le acusa de torturar brutalmente a niños mentalmente inestables a través de Internet. Bajo el seudónimo de “Tigre Blanco”, se dice que entre 2021 y 2023 alentó a niños a autolesionarse. Es trágico que, según se dice, un niño de 13 años de EE. UU. se haya suicidado en 2022 por sus acciones. En total, el joven está acusado de 123 delitos, entre ellos asesinato y abuso sexual, lo que da al caso un tono especialmente oscuro. Tras su detención, tras tres días de detención, fue trasladado al JVA de Hahnöfersand, que ofrece 176 plazas, incluidos departamentos de detención juvenil abiertos y cerrados, así como un departamento de terapia social.
Estos incidentes arrojan luz sobre los peligros que Internet puede representar para los jóvenes. Esto también lo subraya la investigación actual de la OMS sobre el uso de los medios entre los jóvenes. Según un informe, uno de cada 11 adolescentes muestra signos de comportamiento problemático relacionado con las redes sociales, que es especialmente pronunciado entre las chicas (13%), mientras que sólo el 9% de los chicos se ven afectados. Más de la mitad de los jóvenes están constantemente en contacto con amigos en línea, siendo especialmente populares las chicas de 15 años con un 44%. Al mismo tiempo, los jóvenes pasan mucho tiempo jugando juegos digitales: el 34% juega todos los días y el 22% pasa al menos cuatro horas los días de juego.
La desventaja de los medios digitales
Pero no sólo los jóvenes están en riesgo, sino también su bienestar: el uso problemático de los medios de comunicación se asocia con estrés psicológico, menor bienestar social e incluso mayor consumo de sustancias. La OMS ve aquí una clara necesidad de actuar. Como subraya el Dr. Hans Henri P. Kluge, es importante promover la alfabetización mediática y, posiblemente, introducir restricciones de edad para las redes sociales. Se debe empoderar a los jóvenes para que tomen decisiones informadas sobre sus actividades en línea y protejan su bienestar.
Además, estudios como el JIM 2022 dejan claro que casi todos los jóvenes en Alemania poseen un teléfono inteligente y utilizan Internet todos los días. Aquí es particularmente importante enfatizar los lados positivos de las redes sociales. Muchos adolescentes afirman que cuentan con apoyo de sus compañeros y conexiones sociales que les ayudan a sentirse menos solos. El intercambio social también puede desempeñar un papel importante en la vida de los jóvenes.
El papel de los padres y las escuelas
¿Qué pueden hacer los padres y las escuelas para apoyar mejor a sus hijos en este mundo digital? Es crucial que los padres participen activamente en la educación sobre los medios y muestren comprensión de los desafíos que plantean las redes sociales. Las escuelas tienen la responsabilidad de proporcionar información completa sobre los riesgos y oportunidades del mundo digital. Deberían asegurarse de aplicar enfoques sensibles al género y también tener en cuenta los diferentes orígenes culturales.
Los operadores de redes sociales también enfrentan desafíos. La verificación de la edad y los filtros adecuados son necesarios para proteger a los niños del contenido dañino. La proliferación de peligrosas pruebas de valentía, como las que a menudo ocurren en las redes sociales, muestra cuán urgente es actuar. Ejemplos como el Blackout Challenge ya han tenido consecuencias trágicas, por lo que el diseño responsable de herramientas digitales es esencial.
En general, nosotros, como sociedad, debemos trabajar juntos en una solución que se centre en el bienestar digital de los jóvenes, de modo que el uso arriesgado también cree una oportunidad de crecimiento positivo para la generación joven.