Venecia se defiende de los turistas alborotadores: ¡expulsión y grilletes!
Venecia está planeando medidas contra el turismo de masas y los turistas maleducados, incluidos desalojos y pulseras electrónicas en los tobillos.

Venecia se defiende de los turistas alborotadores: ¡expulsión y grilletes!
Venecia, la magnífica ciudad de la laguna, se enfrenta una vez más a las sombras oscuras del turismo de masas. Millones de turistas acuden cada año a la ciudad, pero su presencia no sólo trae alegría, sino también una variedad de problemas. Cómo Mensajero del Norte Según informa, lo que enfurece a los lugareños son sobre todo comportamientos inapropiados, mientras que el presidente de la región del Véneto, Luca Zaia, lo dice claramente: "No somos un parque de atracciones".
Una preocupación central de Zaia es proteger Venecia del “turismo proletario”. Esto significa que la región no está dispuesta a tolerar comportamientos imprudentes por parte de los turistas, que se manifiestan en actos de vandalismo y comportamientos groseros. Están circulando fotografías de turistas bañándose en fuentes históricas o cruzando puentes para posar y no son muy bienvenidas. Rin Palatinado destaca que Zaia planea imponer desalojos a turistas problemáticos e incluso pide medidas duras como pulseras en los tobillos para los reincidentes.
El problema de los carteristas
Pero los desafíos no se limitan sólo a los turistas groseros. La delincuencia, y especialmente los carteristas, dificultan la vida de los residentes. Alto Mensajero del Norte Muchos carteristas operan en los puntos turísticos de la ciudad, como en la estación de tren y cerca de la Plaza de San Marcos. Lo que resulta especialmente preocupante es que a menudo hay menores involucrados en estos delitos y quedan impunes, lo que provoca un gran resentimiento entre los residentes locales.
Para llamar la atención sobre el problema, los residentes han colgado una pancarta cerca de la Plaza de San Marcos que dice "Callejón de los carteristas". Esta forma creativa de protesta refleja la frustración que muchos residentes sienten por los robos. Zaia ve el uso de la tecnología GPS como una posible solución para ayudar a la policía a responder rápidamente y disuadir a los perpetradores. Esto podría hacer que las calles de Venecia vuelvan a ser más seguras.
En resumen, Venecia se encuentra ante un enorme dilema: por un lado están los ingresos del turismo, por otro lado está la preservación de su identidad cultural y la seguridad de sus ciudadanos. Se espera que las medidas anunciadas pronto den sus frutos y la ciudad lagunera vuelva a convertirse en un lugar donde tanto turistas como locales puedan convivir en armonía.