De Irán a Gifhorn: la conmovedora historia de fuga de Hami Amiri

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Hamed Amiri, un peluquero de 32 años de Gifhorn, informa sobre su huida de Irán y su nueva vida en Alemania.

Hamed Amiri, ein 32-jähriger Friseur aus Gifhorn, berichtet über seine Flucht aus dem Iran und sein neues Leben in Deutschland.
Hamed Amiri, un peluquero de 32 años de Gifhorn, informa sobre su huida de Irán y su nueva vida en Alemania.

De Irán a Gifhorn: la conmovedora historia de fuga de Hami Amiri

Hami Amiri, el peluquero de 32 años de Gifhorn, ha recorrido un largo y conmovedor camino. Nacido en Irán, experimentó la huida, la guerra y la separación de su familia. Vive en Alemania desde 2016 y abrió aquí su propio estudio de peluquería. Historias conmovedoras sobre su tierra natal y los dolorosos recuerdos de su familia viviendo en Irán dicen mucho sobre la realidad de los refugiados. “Hace diez años que no la veo”, dice Amiri. La incertidumbre sobre el paradero de sus familiares sigue siendo una constante en su vida, marcada por la guerra entre Israel e Irán. “Algo está pasando”, señala cuando habla de la situación en su tierra natal. Lea más sobre la historia de Hami Amiri y los desafíos que enfrenta en WAZ.

Amiri primero huyó a Turquía, donde pasó un año. Un arriesgado traslado en barco a través del Mediterráneo hasta Grecia le costó más de 5.000 euros. Recuerda: “Otro barco se hundió y 60 personas se ahogaron”. Estas horribles experiencias son parte de un trauma mayor compartido por más de 120 millones de personas en todo el mundo, muchas de ellas desplazadas por guerras y desastres climáticos. Los desafíos que enfrentan los refugiados están estrechamente relacionados con las dificultades estructurales en Alemania: falta de vivienda, falta de plazas en instituciones educativas y grandes obstáculos para la integración en el mercado laboral. Alemania desempeña un papel central en la situación actual de los refugiados, ya que sigue siendo el principal país de destino para muchos que buscan un nuevo hogar, como informa dbb.

Un nuevo comienzo en Alemania

Pero la vida aquí no es nada fácil. "No me permitieron trabajar durante el primer año, no reconocieron mi formación", dice Amiri. Aprendió alemán por su cuenta mientras esperaba un curso de idiomas. Finalmente empezó su nueva vida con un minitrabajo como peluquero. Ahora ha abierto el estudio de peluquería "Amiri" en la Borsigstraße, con el apoyo de amigos y de la comunidad de la Gifhorner Friedenskirche, que le ayudó. Un banco le había negado financiación debido a su incierta situación de residencia.

“Para mí lo que cuenta es la caridad y la solidaridad”, dice Amiri sobre lo importante que era para él el apoyo de otras personas. En un momento en que cada vez más refugiados en Alemania luchan por una nueva vida, el refugio es una cuestión viva para muchos. Las comunidades cristianas de todo el mundo están comprometidas con quienes buscan protección y defienden sus derechos. Sin embargo, no se deben subestimar los desafíos a nivel local, como deja claro ekd: Esto exige una acción conjunta para traducir la caridad en ayuda concreta.

El futuro sigue siendo incierto

Aunque Amiri ha comenzado una nueva vida y está casado en Alemania, su futuro sigue siendo incierto. Su permiso de residencia, que obtuvo tras un largo período de espera de ocho años, sólo es válido por tres años. Las cuestiones sobre la reunificación familiar y las opciones de integración son de suma importancia para muchos, no sólo para él, y contribuyen a la incertidumbre. “Espero que algún día pueda volver a ver a mi familia”, dice Amiri en voz baja. "Pero ahora disfrutamos de nuestra vida aquí con nuestra hija, que nació cuando estábamos en Alemania".

La realidad para muchos refugiados es compleja. El acceso al trabajo suele estar restringido, pero después de ocho años alrededor del 86 por ciento de los hombres refugiados en Alemania pueden encontrar trabajo. Más de 31.000 personas han perdido la vida en las fronteras exteriores de la UE en los últimos años. Los cambios en la política de asilo desde 2015 muestran cuán polarizado está el debate sobre migración e integración. Con más del 29 por ciento de su población de origen migrante, Alemania puede ser un país de inmigración, pero las cuestiones de justicia y responsabilidad humanitaria siguen siendo urgentes.